jueves, 12 de enero de 2012

En una Jaula de oro, Historia de la princesa Sangui

Hola: me presento soy Aurora Sanguis, princesa de los siete reino del oriente, única hija del supremo gobernante Baltasar Sanguin.

Mi familia a gobernando los siete reinos durante siglos en una larga lista de gobernantes varones, con mano firme y temple duro, pero para mí la realidad está clara la casta de gobernantes de mi familia han sido sanguinarios, tiranos, sometido a su voluntad a cientos de pueblos y miles de individuos que han padecido en carne propia los caprichos de sus monarcas, los varones de la familia no tienen límites en cuanto a sus ambiciones, cuando desean algo no hay forma de persuadirlos de los contrario, hermanos que se matan por tronos, mi mismo padre mato a su hermano mayor para el quedar con el torno, aunque este no lo deseaba, mi tío Edward era muy distinto a los varones de la familia, era un hombre justo, noble, de sentimientos loable, sin duda habría sido una gran rey, abría habido para mi pueblo una nueva luz de esperanza, para un mañana mejor, pero todo se volvió gris cuando la espada de mi padre lo atravesó.

Crecí en una jaula, encerrada como un pajarito para ser exhibida, silenciosa, sin voluntad, siempre con la mirada baja, sin poder emitir jamás mi opinión, mi padre creyó haberme educado igual a las mujeres de mi familia, sin voluntad alguna, nacida para ser exhibida como un objeto y complaciente para un hombre, pero no yo veía y escuchaba todo lo que había en mi entorno, conocía cada pasaje de la vida de este legendaria dinastía, tenía ideas revolucionaria, compartía los sentimientos noble de mi tío, pero mi vida estaba marcada por la desgracias de mi nacimiento.

Yo era mujer y única hija del rey en el trono, su trono por primera vez en toda, la historia iba a pasar a manos de una mujer, y el consejo no estaba dispuesto a admitirlo, menos el gran rey que jamás pudo concebir al tan anhelado hijo varón.

Yo no quería vivir encerrada en el castillo, aprendí a escaparme a vivir con las gentes de mi pueblo, sin que ellos supieran quien era yo, en esa huida fue que lo conocí, conocí al hombre que se robaría mi corazón y dejaría mi alma en una agonía eterna, el paso a ser el centro de mi mundo, a pesar de que éramos niños, la primera vez que lo vi, sentí que el seria mi perdición, pero también sentí que nuestras almas estaban entrelazadas, el compartió el mismo sentimientos que yo. De niños pasamos a jóvenes, cada año que transcurrió nos unió cada vez más, el se convirtió en un joven muy apuesto, valiente, a corta edad era el muchacho con mas reconocimientos en todo el ejercito de mi padre admirado por muchos, pero yo temía cada vez que el e iba de campaña, temía que no regresar y cuando volvía lo amaba con desesperación, con pasión, con ternura, éramos los amantes perfectos siempre ocultos en la oscuridad de la noche, el sabia quien era yo y yo lo conocía mejor que nadie, ambos habíamos desnudados nuestras almas al otro, no había secreto entre nosotros.

Por lo mismo cuando lo vi aquella noche el supo la fatal noticia que traía este cuerpo que había perdido cualquier sentimiento de vida, pero con solo un beso de mi amado soldado recupere de nuevo la vida, le relate el triste episodio vivido aquella mañana, mi padre solicito temprano mi presencia en el salón, al ingresar a el sentí un frió inexplicable ya que esa mañana era radiante, observe que se encontraba completo la dinastía Sanguis, hombres que siempre odie, por su trato con los demás y mujeres por la que sentía lastimas, al acercarme mi padre me lanzo a que venía aquella reunión, me casarían con el rey del primer reino, yo apenas había alcanzado los quince años y como única hija debía heredar, pensaba, pero los hombre de este desgraciado clan, pensaron en casarme para que mi marido heredara lo que por derecho era mío y quien mejor que un hombre cincuenta, despiadado, cruel y despreciable como ellos, ideal para seguir con su reino de terror, para ellos yo no valía en opinión, no importaba nada de lo que pensara y sintiera, el sujeto estaba hay presente pero yo ni lo había visto, sentí que mi alma se apagaba el escuchar mi sentencia, me habían transado con otros, para afianzar su poder, el rey del primer reino era uno de los más poderoso, aunque le debía lealtad a ellos, contarlo como miembro de la familia era mucho más provechoso, y que mejor que unirlo con la única mujer que podía interesarle a él, ese sujeto se acerco a mí en cuanto terminaron de comunicarme la decisión y al ver que no respondía como era habitual asumieron que lo había aceptado, pero en cuanto intento besarme lo aparte con un empujón, que dejo helada de terror a las mujeres y furiosos a los hombres, me dirigí a mi padre y con estas palabras lo encare: "Yo no me dejare vender como un objeto padre, yo soy tu heredera y este reino me pertenece y a nadie más, lo tendrán que aceptar, no lo entregare como otros, señor no olvide que por este cuerpo corre su sangre y puedo llegar a ser tan caprichosa como cualquiera de ustedes y mi voluntad se cumplirá ya que yo si la tengo y no como las mujeres que os han educado a su ley, yo vivo mi propia ley y no me casare con ningún sujeto a quien yo no he elegido", mi padre salió rápido de su asombro y se acerco amenazante con su espada a lo que yo sonreí y conteste con estas palabras "Usted sabe que no puede matarme hasta que no esté casada o dejara su reino a la merced de los gobernante de los siete reinos, en donde ninguno dudaría quitarle todo su poder, usted ya es viejo y no concibiera ningún hijo ya sea mujer o varón, y las bastarda que tiene a su servicio no son reconocida por nadie, cuide sus movimientos señor, mi cuerpo me pertenece a mi" con eso me reitere y estuve encerrada en mi cuarto todo el resto del día escuchando como los hombre hervían de rabia, pero todos mis miedos y temores que viví en esas horas desaparecieron en cuanto estuve al lado de mi amor.

Me sentía tan segura en sus brazos que no vi el gran peligro que nos acechaba, mi padre había descubierto mi ausencia y me había rastreado hasta la plaza donde me encontraba con mi amor, pronto sus hombres nos rodearon, quede helada al verlo aparecer a acompañado por el prometido que el quería, el pueblo se acerco a ver lo que ocurría y muchos que habían convivido conmigo no podían creer que yo era la princesa, mi amor me tomo de la mano para tranquilizarme, me sonrió y yo a él, nadie lograría separarnos o eso pensé, Baltasar se acerco a nosotros mientras todos nos tenían rodeados, me propino una cachetada y dijo " Me avergüenzas, es con este con quien te revuelcas de noche, nunca aprendiste de quien eres descendiente, no sabes llevar tu apellido y corona, con un campesino, es a él a quien amas, viniste y te mezclaste con esclavos de mi reino para quedarte con ellos", el rey hervía de rabia, pero estaba acostumbrada a ella y con voz firme le conteste, sin soltar a mi joven amado, " Es a él a quien entregue mi corazón, mi alma y cuerpo, si deseas que le pertenezco a un hombre le pertenezco a él sin arrepentirme, le entrego todo lo que soy y en sus manos dejo todo lo que tengo", pero ninguno de los dos nos esperamos la respuesta de mi padre, nos miro un instante y sin decir nada quito la espada al joven y se la atravesó frente a todos, yo vio como caía al suelo, de inmediato me arrodille a su lado, llorando desesperada, veía como lentamente su vida se apagaba, olvide que otros nos veían, lo besaba le suplicaba que no me dejara, pero él me prometió que estaríamos junto por siempre y con su último beso se apago su vida, llore unos minutos en su cuerpo mientras que mi padre veía, después el me tomo del brazo y me arranco de su lado, pero yo me solté de él, me dirigí al hombre que él quería darme por marido e igual a él le arrebate la espada y se la atravesé tan certera mente que lo mate de inmediato, solté el arma y volví a caminar así mi progenitor, frente a el formule las siguientes palabras " A pesar de que lo hayas matado mi alma se ha ido con él, solo le pertenezco a él y nadie más, mi rey no quiero que olvides que tu hija te odia con todas sus fuerzas" realice el mismo movimiento que antes le arrebate la espada y lo mate con su propia arma como él había ellos con mi querido joven una ofensa muy grande ser matado con el arma de uno mismo, quisieron detenerme por la muerte del rey a lo que yo convoque el derecho de mi sangre y además de que yo iba al trono, mande a quemar los cuerpos de mi padre y del rey del primer reino, como traidores sin ceremonias, pero a mi amado le dio un funeral como correspondía a alguien como él, lleno de honores, después cree una comisión para que el mando del reino pasara en manos el pueblo si algo me pasaba a mi, forje en dos año la utopía de mi tío, el pueblo vio luz por primera vez en su vida y mi familia fue renegada a una pequeña porción de tierra en donde nadie les podía tocar pero ellos no podían tocar a nadie.

Durante esos dos año mi cuerpo se debilitaba, se volvía frágil la muerte de él me dejo en una soledad, en una eterna angustia, mi vida se apago al mismo tiempo que la de él, todos veían como día a día me quedaba sin fuerzas para vivir, hasta que mi cuerpo logro desprenderse de mi alma una noche de luna llena cuando la utopía de una vida libre al pueblo estaba realizada vi como mi querido amor venía acompañado de mi tío Edward a buscarme, cerré los ojos y tome su mano para estar la eternidad prometida con él.

Un amor verdadero supera toda tempestad, todo desafió, el amor de verdad llega en alguna de nuestras vidas y llega para ser eternos, a pesar que sea gris nuestras existencia él es la luz


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