viernes, 31 de mayo de 2013

En un vuelo de mariposa

-Que es lo que ven tus ojos con tanto cariño,abuelo, dijo el joven al salir al jardín y ver al anciano contemplar hacia el rosal donde en aquel momento jugaban dos mariposas entre las rosas blancas.
-Lo hermoso de la vida, Joaquin, nada mas hermoso que algo simple, dijo el hombre sonriendo a su joven nieto, este lo miro con una sonrisa en su rostro, su abuelo era su ídolo, y por el se llamaba Joaquin, era ya un hombre de edad la que demostraba en las arruga de su piel, sus cabellos blancos le daban una cierto misterio, pero los ojos llenos siempre de un sentimiento de bondad era lo primero que decía de su abuelo.
-Hoy viene Andrea con su abuela a conocerte, solo faltas tu que las conozcas el resto de la familia ya la han visto, no sabes cuanto me hace feliz ella, realmente creo que es la mujer indicada y me gustaría que tu la conocieras, dijo el muchacho sentándose a los pies de su abuelo como cuando era niño, este le sonrío al ver esos ojos brillar de amor, su nieto realmente se había enamorado de aquella muchacha y por lo que había escuchado de ella, esta misma le correspondía con el mismo sentimiento.
-Cuando yo era niño, conocí a una niña llamada Andrea, nos hicimos rápidamente amigos inseparables, nos conocíamos tan bien e incluso sentíamos cuando el otro estaba mal, ella era una niña tan linda, tan llena de vida, sus ojitos brillaban siempre de emociones tan hermosas que solo recordar aquellos ojos siento que el soplo de una vida joven vuelve a mi, dijo el anciano cerrando sus ojos y dibujando una sonrisa en su rostro, su nieto lo quedo mirando nunca había visto ese sentimiento rodear a su abuelo, como si añorara algo sobre cualquier cosa.
-Que paso con ella, pregunto entonces Joaquin, el anciano abrió sus ojos y un claro sentimiento de tristeza embargo esos ojos y el muchacho sintió la melancolía que el hombre emanaba y temió haber hecho una pregunta indebida.
-Cuando teníamos diez años a su padre lo trasladaron a otro país por el trabajo, y nos tuvimos que separar a pesar de que eso nos destrozara el alma, desde pequeños supimos que lo nuestro era mas que amistad era amor, pero eramos unos niños para decir algo así, por eso el día antes que ella se fuera nos quedamos en el parque como siempre juntos, aunque en silencio ambos llorábamos, tomados de las manos sin poder decir ni media palabra por miedo a que se desvaneciera, en ese momento dos mariposas volaron a posarse en nuestras manos, ambos sonreímos y nos prometimos que siempre nos recordaríamos en el vuelo de una mariposa y que cada uno se llevaría parte del corazón del otro, pero juramos que seriamos feliz y continuaríamos adelante por el otro, la abrase tan fuerte cuando ella me dijo quiero que te enamores y te cases para que tengas hijos y nietos y seas un hombre siempre de bien, le susurre que ella hiciera lo mismo porque sin duda seria la madre mas amorosa y le susurre un te amo que ella me devolvió. La fui a despedir al aeropuerto aunque ambos quisimos ser fuertes las lagrimas no pudieron ser controlada, antes que cruzara esa puerta de embarque me grito en una mariposa por siempre, y yo le grite de vuelta en una mariposa una promesa y ambos sonreímos, esa fue la ultima vez que vi a Andrea sabíamos que era imposible mantener una correspondencia y ese seria el adiós, de la niña que se llevo parte de mi corazón, no creas Joaquin que no quise a tu abuela, a ella la adore y con su muerte también se llevo parte de mi corazón ella conocía esta historia y siempre respeto el sentimiento que guarde por Andrea con el mismo respeto que yo, contó el anciano a su nieto que lo miraba fijamente, pudo ver en los ojos de su abuelo el mismo brillo que el reflejaba cuando le hablaban de su Andrea.
-Joaquin, llego Andrea y su abuela, dijo su mamá el joven se levanto y vio detrás de su madre a la chica dueña de su corazón, la abrazo y la beso tierna mente, después le tomo la mano y la llevo hasta donde su abuelo quien también se había colocado de pies.
-Andrea, el es mi abuelo Joaquin, el hombre a quien admiro, presento el chico a su abuelo este sonrió a la muchacha que lo abrazo cariñosa mente, el anciano estaba feliz al ver tanto amor entre ambos, la chica se soltó un poco de su novio y fue a buscar a su abuela, en el momento que  la mujer entraba, las mariposas que habían estado jugando en el rosal volaron, una a posarse en la mano del abuelo de Joaquin y la otra en la mano de la abuela de Andrea, ambos anciano la vieron y al levantar la vista se reconocieron.
-Joaquin, Andrea, dijeron al mismo tiempo y una sonrisa en su rostro mientras lagrimas caían por su rostro, se acercaron lentamente mientras que las mariposas volaban a su alrededor, mientras que ellos se abrazaban, podía haber pasado una vida entera y el uno del otro jamas se olvidarían, a pesar de que sus cuerpo cambiaran se reconocerían en una multitud de personas, en un océano de tiempo, porque habían nacido entre lazado, separados al medio y enlazados al final, pero su historia continuaría, porque sus nietos que habían nacido separado, se habían enlazados en medio y dejaban en oscuridad el final, que seria contado en el vuelo de una mariposa.

                                               ( Este pequeño relato quiero dedicárselo a mi compañera y amiga de carrera Katy, que siempre dice que escribo lindo, espero que sea de tu gusto n.n)

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