domingo, 7 de junio de 2015

Simplemente una historia (parte 17)

Realmente no me esperaba esa contestación, me quede sin palabra por un momento, el ángel de la muerte era el hermano de Noemi.
-Tu hermana, repetí incrédulo, pero antes que él me pudiera contestar a la habitación entro mi madre ella avanzo entre nosotros como si no estuviéramos en el cuarto, se acerco a la cama donde estaba Noemi y le tomo la mano, en el mismo momento que lagrimas comenzaron a rodar por su rostro, me dolía verla sufrir, quise abrazarla pero solo la atravece como siempre.
-No dejes que tus emociones te gobiernen, concéntrate y podrás abrazarla, me dijo Azrael, hice lo que el me decía, me serene y concentre mis emociones que en eso momento eran toda una tormenta, y volví intentar abrazarla y pude, pude sentir el tacto de mi madre, la abrace fuerte la añoraba y la extrañaba, fue como si ella me sintiera porque pronuncio mi nombre en el instante que cerraba los ojos como para sentirme aun mas cerca, no se cuanto duro ese abrazo tan añorado por ambos pero fue lo suficiente para que ella se calmara.
Me separe de ella cuando entro el medico que estaba atendiendo el caso de Noemi, lo conocía era amigo de mamá, el siempre nos atendía cuando nos enfermábamos, era un gran profesional y siempre lo admire por la labor que hacia, soñaba de niño crecer y ser como él.
-¿Qué tiene?, pregunto de inmediato mi madre a Ricardo, pero por el rostro que el traía sabíamos que no conocía la respuesta.
-No lo sabemos aun, Maite pero aun hacemos análisis, pero quiero preguntarte ¿Quien es ella?, pregunto Ricardo a mi madre muy serio, mi mamá conocía muy bien a su amigo y sabia que algo mas conocía.
-Ricardo habla claro y sin rodeos ni indirecta, que pasa, dijo mi madre firmemente.
-Presenta claras señales de maltrato infantil, hay mucha lecciones que son atribuibles a maltratos, tiene varios huesos remodelados, son indicadores de maltrato recurrente, dijo Ricardo.
-Dios mio, dijo mi madre volteándose a Noemi nuevamente, su amigo se acerco a ella.
-¿Quién es?, pregunto Ricardo.
-Te acuerdas de Amanda, dijo mi madre mirándole directo a los ojos de su amigo que reflejaron sorpresa de inmediato.
-Es la hija de Amanda, repitió incrédulo.
-Sus heridas no pueden ser del accidente, tú la atendiste en esa ocasión, dijo mi madre aunque ni ella se creía sus palabras, pero Ricardo le negó con la cabeza.
-No son posteriores, mira esta no debe tener mas que algunos meses, dijo Ricardo señalando le la cicatriz de la ultima hospitalizacion de Noemi, mi madre lloro en silencio, pero en el mismo momento en que el cuerpo de la chica colapso, las maquinas comenzaron a sonar, Ricardo le pidió a una enfermara que sacara a mi madre de la sala. Fue difícil traerla de vuelta pero logro estabilizar a Noemi nuevamente aunque esta estaba mucho mas delicada.
-Debemos irnos, tenemos que traerla antes de que su cuerpo no aguante mas, dijo Azrael.
-¿Dónde vamos?, pregunte decidido a acompañarlo donde fuera por ella.
-Al tártaro, espero que sepas pelea, esas son tierras de demonios, recuperar su alma no sera tarea fácil.

Fragmento 1                 Fragmento 2
Fragmento 3                 Fragmento 4
Fragmento 5                 Fragmento 6
Fragmento 7                 Fragmento 8
Fragmento 9                  Fragmento 10
Fragmento 11                Fragmento 12
Fragmento 13                Fragmento 14
Fragmento 15                Fragmento 16

1 comentario:

  1. ¿Te gusta dejar a las almas en vilo, verdad? ^_^.

    Vamos por partes. Por un lado me ha gustado esa mención a la voluntad para que pudiera abrazar a su madre. Lo he entendido como una muestra de que todo depende de las cosas que hagamos, aunque no sea fácil, aunque requiera de esfuerzo. Lo que hagamos, lo que salga de nuestras acciones definirán nuestro futuro. Si nos quedamos quietos, no avanzaremos. Y si no hay voluntad, no hubiera podido abrazar a su madre. Fue su voluntad de querer, lo que lo hizo posible.

    Y por otro lado, el Tártaro. Cuando estudiaba en la Universidad, por la carrera clásica que cursaba y el montón de clásicos griegos que estudié, el Tártaro me tenía fascinado. Recuerdo incluso como una obra latina, "La Eneida" mencionaba este lugar y recorrerlo con la imaginación, me cortaba la respiración por la expectación que me creaba. Y algo parecido ha sucedido ahora.

    El capítulo acaba prometiendo acción, otra muestra más de la voluntad de hacer. Quieren traer a Noemí de vuelta y tendrán que hacer mucho, sufrir mucho, para hacerlo. Y seguro que después, merece la pena todo el esfuerzo realizado.

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