jueves, 9 de junio de 2016

Simplemente una historia (parte 33)

-Increíble haberte mandado a los himalayas por tu bien y tu sin problema me has desafiado, nunca pudiste obedecer una orden, dijo Rafael a nuestra espalda, ambos nos levantamos de inmediato al escucharlo, nos habíamos ido por completo en el relato del ángel de la muerte y no nos habíamos cuidado de que Rafael nos fuera a detectar.
-Me conoces, dije al final, aunque no sabia bien lo que decía porque en estos momentos hasta yo dudaba de mi, ya no sabia quien era y una parte de mi ansiaba recuperar todo esos recuerdos, pero otra me decía que a lo mejor no seria buena idea.
-Azrael, sabes que no puedes actuar tan imprudentemente, has ido al tártaro pudieron haberte descendido, sabes que cada demonio en ese reino quiere tener ese honor, hace siglo debiste haber aprendido que ella ya no es nada tuyo, le reprocho Rafael al ángel de la muerte no le contesto, solo apretó fuertemente la mano de Noemi, él nunca iba a renunciar a ella, la amaba más de lo que podría admitir y si debía condenarse él mismo lo aria.
-No le puedes quitar la familia a nadie y no me puedes obligar a mi a alejarme de ella, se que no volví como el ángel guardián que debí ser, con todas mis memorias, con todas tus reglas aprendidas, pero soy el único que la puede cuidar y nunca más me negaras ese derecho, le dije desafiante a Rafael colocándome frente a la cama de Noemi en señal que no la dejaría.
-Azrael despídete de ella, después hablare contigo, dijo Rafael, el ángel de la muerte me miro y se despidió de Noemi desapareciendo de la habitación.
-Javier dime crees de verdad que podrás separar todo lo que estas sintiendo, crees que podrás dejar los pocos recuerdos que has logrado recuperar por el relato de Azrael, para poder cuidarla, para que ella siga con su vida, se enamore, forme familia, crees de verdad que solo la cuidaras  sin impedir su propia felicidad sin ti, sabes que ella debe seguir, me cuestiono Rafael mirándome fijamente y no le pude sostener la mirada, la desvié hacia ella y mi corazón se acelero al poder ver alguno de esos recuerdos, vernos caminar tomado de la manos por una plaza, verla sonreír al otro lado de mi cama o estar a su lado durante una batalla dispuesto a morir por ella, sabia que todo esos recuerdos debían ser de nuestras vidas como ángel soldados y a la vez la pude ver cuando eramos niños, jugando en el patio de la escuela a la pillada, la escuchaba reír, la veía dibujar cruces en una hoja de papel durante las horas de ocio en clases o cuando le mostré mi nuevo estuche en forma que de caja de jugo de uvas, a pesar de nuestra corta edad sabia que estaba destinado a estar a su lado y al mismo tiempo reviví ese sentimiento desconocido cuando la volvía a encontrar después de diez años sin memorias de ella un sentimiento que sepulte bajo el odio que cargaba en esa época. Todas épocas distintas de mis vidas y todas guardando el mismo sentimiento que hoy me colocaban en juicio.
-No la amo si es lo que quieres escuchar, negare ese sentimiento frente a quien quieras y me lo negare a mi mismo si es necesario, solo cumpliré con mi misión, cuidare de ella, velare que tenga un mañana y el amor en mi murió el día en que me asesinaron, dije con la voz más frió que encontré estaba dispuesto a asesinar cualquier sentimiento por cumplir mi objetivo, había sido soldado y en esa ocasión me habían arrebatado lo sentimientos estaba dispuesto a volver a poner en practica esa cruel enseñanza, Rafael me miro sorprendido, por lo visto no esperaba esa respuesta de mi parte.
-Me sorprende volver a ver esa actitud de soldado en ti, eras el mejor en tu época y realmente lamento lo que tuviste que pasar, lo que tuvieron que pasar, dijo Rafael, en sus ojos se reflejaba claramente culpa y eso me sorprendió.
-De que hablas, dije desconcertado.
-Sabes que te asesinaron, Zimiar los buscaba y yo no fui capaz de protegerte y por eso hoy estas en esa situación, dijo Rafael, eso era lo que había dicho el demonio en el tártaro y en ese momento yo no había comprendido.
-¿Qué paso?, pregunte acercándome a Rafael quería saber lo que realmente pasaba, sentía que tenia muchos vacíos.
-Hijo, a veces no es bueno saber todo, a lo mejor puede ser una ventaja no haber vuelto con tus recuerdo, dijo Rafael colocando su mano en mi hombro y eso me molesto pero no se lo diría, quería saber todo tras mi muerte y en mis vidas pasadas, pero no se lo diría en esos momentos de alguna forma terminaría enterándome de todo.
-No estoy muy seguro, dije al final.
-Te dejare a su lado, porque se que solo tú la podrás cuidar y espero que sea verdad que has asesinado ese amor, por el bien tuyo y el de ella, lamento todo, cuídate Javier, ángel guardián, dijo Rafael desapareciendo antes que le pudiera decir algo más.
Me quede el resto de la noche desconcertado, con la mente hecho un caos tenias pequeños recuerdos de mis otras vidas que no conectaban a nada y sabia que tenia muchas respuestas en esos recuerdos que me empujaban a una verdad que sabia que Rafael y Azrael escondían. No obstante a la llegada del amanecer con los primeros rayos del sol los deje de lado, al verla despertar, tenia un mejor aspecto, la enfermera la había revisado y le había sonreído diciéndole que "estaría bien", ahora sabia que mi única misión era mantenerla a salvo y eso era lo único que me importaría.
Fragmento 31                     Fragmento 32

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